lunes, 29 de junio de 2015

Miracle Mile (1988)

Es una verdadera lástima que el director Steve De Jarnatt no haya continuado su carrera en cine para dedicarse a la televisión (con series como "Lizzie McGuire"). Por suerte nos quedaron dos joyas de culto. Su ópera prima post-apocalíptica "Cherry 2000" (1987) con Melanie Griffith interpretando a una bella pelirroja y violenta caza recompensas que ayuda al protagonista a conseguir un androide amante que ya no se fabrica, el cual da título a la película, en una zona peligrosa. 


Su siguiente y última obra cinematográfica, la apocalíptica "Miracle Mile" (1988), nos cuenta la etapa previa a una gran catástrofe que puede llevar a la extinción de la humanidad. Filmada a fines de los años ochenta concordando con el final de la Guerra Fría y el pánico nuclear característico de la década, este filme de ciencia ficción protagonizado por el conocido actor Anthony Edwards ("Top Gun", "ER", "Revenge of the Nerds", "Zodiac") y Mare Winningham ("Turner & Hooch", "Brothers", "Under the Dome"), sin apenas efectos especiales, rodada en Los Ángeles y con un presupuesto muy modesto. La película fue un fracaso de taquilla pero con el correr de los años logró convertirse en un clásico de culto de la ciencia ficción. La trama es muy similar al episodio de "La dimensión desconocida" ("Twilight Zone") llamado "A Little Peace and Quiet" (1985) que a su vez está basado en el clásico capítulo "Time Enought at Last" (1959) de la serie original. 



¿De qué va la cosa?


Chico conoce chica. Se enamoran. Quedan en encontrarse por la noche. Sin embargo él se duerme y llega tarde a buscarla a su trabajo. Entonces accidentalmente él recibe una llamada telefónica anónima en una cabina cercana que le alerta con voz de pánico sobre una serie de acontecimientos bélicos que apenas puede llegar a comprender. Se trata de algo acerca de unos misiles nucleares que han sido lanzados por parte de los rusos en represalia a un ataque preventivo de los Estados Unidos y que abocan a la población a tener que resguardarse ante lo que es un peligro real de destrucción masiva del planeta. El hombre al otro lado de la línea telefónica piensa que está hablando con su padre y no sabe que se ha equivocado de número. Al amanecer las bombas nucleares caerán en la ciudad. La guerra nuclear ha comenzado... y nadie en el mundo lo sabe. Entonces él decide buscar a la chica, y comienza una desesperada huida por toda la ciudad hacia un final inevitable.

Lo que comienza como una comedia juvenil pasa a ser un filme de aventuras nocturnas al estilo de "After Hours" (1985) de Martin Scorsese cuando el protagonista se encuentra en el bar de carretera con una serie de personajes noctámbulos y taciturnos, para terminar con una frenética historia de ciencia ficción. La gracia que sustenta el misterio del filme es la de que durante todo la trama jamás se informa al espectador de si todo se ha tratado de una simple broma o realmente el planeta se halla al borde del colapso nuclear. El interés crece a medida de que se va agotando el tiempo límite de huida hacia alguna parte. La cámara se mueve velozmente para mostrarnos la miseria humana llevada a su extremo más absoluto, en un in crescendo imparable de locura y enajenación donde se alternan escenas de saqueo y asesinatos con un montaje espléndido. Pero no será hasta la última escena cuando todo quede aclarado. 




Mención aparte merece el director de fotografía, veterano cineasta holandés Theo van de Sande, en la que fue una de sus primeras y más meritorias obras (luego vendrían otras con una impronta más impersonal como "Blade", "Cruel Intentions", "Volcano"). 

Por último, destacar la envolvente música compuesta por Tangerine Dream, una banda alemana de música electrónica pionera del space rock y en el uso de los sintetizadores. 



Trailer: 




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